Publicado en Esperanto en la revista:
Comunistas hoy
Hoy, después de más de una década del colapso de los regímenes comunistas de Europa
del Este, tenemos cierta perspectiva para analizar las consecuencias de acontecimiento tan
importante y el significado del título “comunista” en el mundo resultante de ese cambio.
E
n pri
m
er lugar
,
debe
m
os señalar que este título actual
m
ente no goza de prestigio en el
m
undo
.
C
onsidere
m
os que
,
por eje
m
plo
,
unos años después de la
S
egunda
G
uerra
M
undial, Pío XII,
entonces
P
apa de la
I
glesia
C
atólica
R
o
m
ana, decidió la creacn de una organización co
m
o la
Juventud Obrera Católica para encuadrar en ella a los jóvenes con aspiraciones de justicia
social e igualdad, y de esta manera quitarles clientela a las entonces florecientes organiza-
ciones comunistas. Bueno, sucedió que durante las décadas siguientes esas organizaciones
de se desarrollaron y florecieron
m
ucho en Europa y, sin embargo, mientras tanto las orga-
nizaciones juveniles co
m
unistas ta
m
bién florecieron y prosperaron
. P
or el contrario
,
hoy tanto
las organizaciones católicas de la juventud trabajadora co
m
o las organizaciones co
m
unistas
(
jóvenes o no
)
son débiles y con un nú
m
ero reducido de
m
ie
m
bros
. O
tro eje
m
plo
: C
uando se
restableció la democracia en España, después del año 1977, en las elecciones políticas de
aquella época, el Partido Comunista de España competía con (contra) el resto de las fuer-
zas políticas del país, y entonces se vio una cosa extraña: aparte del citado Partido Comu-
nista ta
m
bién había en aquellas votaciones casi una decena de partidos que se lla
m
aban
co
-
m
unistas
y lucían la clásica i
m
agen de la hoz y el martillo como emblema en las papeletas
de votación
. S
e puede conjeturar que aquellos partidos co
m
unistas cuyas actividades y exis
-
tencia nadie conocía, eran un artificio de los dominadores del sistema para confundir y
dividir al electorado comunista. Pues bien, hoy esas organizaciones comunistas fantasmas
ya no aparecen en las elecciones porque ya no son necesarias al sistema para ese fin por-
que el propio Partido Comunista no aparece con su nombre y su logo en las papeletas. Ese
Partido Comunista se esconde ahora bajo las siglas de la coalición IU porque la identifica-
ción comunista trae descrédito en la sociedad contemporánea.
A
pues
,
ahora hay
m
enos co
m
unistas que hace
15
o
20
os
. T
a
m
bién
m
enos partidos co
m
u
-
nistas
; m
uchos de ellos
,
principal
m
ente en
E
uropa del
E
ste
,
se reconvirtieron en partidos
socialistas o socialde
m
ócratas
;
otros han desaparecido por co
m
pleto
. T
a
m
bién hay
m
enos libros
y revistas co
m
unistas
. N
uestro
Internaciisto
es una digna excepción a este respecto. Este
artículo pretende analizar si la razón de esta debilidad y reflujo de nuestra causa comunista
en el
m
undo es objetiva o lo subjetiva
. S
i es lo una
m
oda
,
el fenó
m
eno puede ser tran-
sitorio
. D
espués del éxito de la Revolución de Octubre en Rusia, luego de la victoria de los
co
m
unistas sobre el nazismo y en
C
hina
, C
uba y otros lugares
,
hubo una
m
area a favor de los
comunistas: entonces estaban de moda. Finalmente, su derrota en la Guerra Fría, les trajo,
nos trajo un desprestigio, un reflujo; estamos pasados de moda. Si el asunto fuera sólo eso,
sería un asunto lo subjetivo, un asunto que sucede sólo en la mente de las personas, de
m
uchas personas
. L
as
m
odas son subjetivas
. A
ún así
,
el proble
m
a puede ser grave y dura-
dero
. C
onsidere
m
os
,
por eje
m
plo
,
el caso del
E
speranto
,
el idio
m
a internacional
. T
a
m
bién su
reflujo es lo una cuestión subjetiva. Esa lengua es una solución buena, justa y adecuada
para el proble
m
a ligüístico
. O
bjetiva
m
ente
,
debe
(
debería
)
tener éxito
. P
ero las fuerzas opues
-
tas capaces de condicionar la mente y la subjetividad de las masas del mundo logran que
siga postergada. Lo mismo puede suceder con el comunismo.
P
ero antes debe
m
os concluir si ta
m
bién debe ganar objetiva
m
ente
,
es decir
,
si continúa apor
-
tando una respuesta a los proble
m
as de la sociedad hu
m
ana. Según la teoría
m
arxista, el pro
-
ble
m
a hu
m
ano se articula en torno a contradicciones de clase. La interpretación
m
arxista ve
la lucha de clases co
m
o el
m
otor de la historia hu
m
ana. Si esa interpretación sigue siendo
válida para el
m
undo actual, es decir, si
m
ediante la teoría
m
arxista so
m
os capaces de co
m-
prender y explicar lo que sucede en el
m
undo incluso hoy, el
m
arxismo, el co
m
unis
m
o, sigue
siendo una herra
m
ienta eficaz, objetiva
m
ente adecuada, para e
m
prender la
m
ejora de la socie
-
dad, y pode
m
os confiar para superar la
m
area adversa de los condiciona
m
ientos subjetivos.
La historia de la hu
m
anidad no ter
m
inó en el año 1989, co
m
o afir
m
ó entonces algún teóri-
co capitalista. Desde entonces la sociedad, la sociedad capitalista, continuó desarrollandose
y se volvió global
. D
e hecho
,
desde entonces los tér
m
inos globalización y
m
undializa
-
ción” se han utilizado a
m
pliamente para describir el estado de desarrollo de las relaciones
econó
m
icas
. P
ara e
m
pezar
,
todos coinciden en definir co
m
o características específicas de la
globalización la expansn de los interca
m
bios co
m
erciales en el
m
undo, el papel de las nuevas
tecnologías, el poder y la velocidad de las co
m
unicaciones en todo el mundo, el colosal flujo
de capital, la descentralización del siste
m
a de producción... Pero la doctrina neoliberal de
los do
m
inadores del siste
m
a quiere cargar el significado del tér
m
ino globalización con al-
gún concepto ideológico. Se afir
m
a que la globalización ta
m
bién trae la idea de que nada
ni nadie debe o puede controlar el proceso nor
m
al del capital, y que las redes financieras y
econó
m
icas deben
m
antenerse alejadas de la influencia de la política.
Tal interpretación ideológica pretende justificar las relaciones internacionales conte
m
porá-
neas en las esferas eco
m
ica, financiera y
m
ilitar entre las potencias i
m
perialistas y los países
subdesarrollados y explotados
. T
a
m
bién sirve para justificar ideológica
m
ente los crecientes
desequilibrios de clases y la desigualdad a escala global.
D
esde ese punto de vista
,
la glo-
balización es una ideología difundida por los libreca
m
bistas con el objetivo de destruir la
sociedad de bienestar y reducir los gastos sociales del
E
stado
. E
n definitiva
,
esta ideología
constituye un proceso de introducción del estilo a
m
ericano en todos los á
m
bitos de la vida hu
-
m
ana: político, eco
m
ico, social, jurídico, cultural, ecológico
... Así
es co
m
o la globaliza-
ción se convierte en una ideología autóno
m
a e independiente
:
la historia de la los vence-
dores contada por los propios vencedores
”. U
na de
m
ostración relevante de ello fueron
,
por
eje
m
plo
,
los discursos pronunciados en el reciente funeral del expresidente estadounidense
R
eagan
. S
e trata de una ideología pan-económica y
m
ono
-
cultural al servicio de un grupo
particular
,
que inicia un nuevo proceso de do
m
inación o colonización hege
m
ónica, cada
vez
m
ás intenso
,
a escala global
,
que logra sustituir la soberanía de los
E
stados
-
nación con
las nuevas e
m
presas transnacionales y sus
m
ecanis
m
os financieros
,
e i
m
poner una cultura
global anulando las culturas y la diversidad locales.
D
e hecho
,
este concepto ideológico de globalizacn es una verdadera guerra a favor del capi-
tal
,
que nos so
m
ete a una nueva dictadura del
m
ercado global
,
dañando las estructuras socia
-
les
,
culturales
,
solidarias e igualitarias de las de
m
ocracias
m
odernas
. E
n este sentido
,
no esta-
m
os viviendo un nuevo orden econó
m
ico universal
,
sino un nuevo desorden econó
m
ico bajo
las leyes in
m
orales del
m
ercado
,
que generan una verdadera guerra econó
m
ica de todos contra
todos
. C
onstituye otra fase del desarrollo histórico del capitalis
m
o en el siste
m
a
m
undial
,
po
-
sible gracias al colapso de los regí
m
enes co
m
unistas y al uso de los nuevos instru
m
entos de
la tecnología global por parte de los propietarios y gestores contemporáneos del capital,
capital a escala
m
undial
,
difuso
,
flexible
,
sin no
m
bre
,
sin raíces nacionales pero cada vez
m
ás
fuerte
,
incontrolable y no regulado por las instituciones y la política
. T
odo esto per
m
ite la expan
-
sión global de las grandes corporaciones transnacionales
,
verdaderas burocracias privadas en
detrimento de las burocracias públicas, estatales, principalmente las de los países débiles y
pobres. Estas empresas transnacionales controlan actualmente más de un tercio de la pro-
ducción industrial
m
undial
. E
llas son las verdaderas protagonistas del capitalismo global
:
su
actividad econó
m
ica y productiva se aleja de cualquier tipo de control político o de
m
ocrá-
tico, político o financiero, de los Estados nacionales; pueden organizar y provocar graves
agresiones contra los derechos humanos en los ámbitos social, económico y ecológico.
L
a actividad política
,
jurídica y econó
m
ica de estas
burocracias privadas
”,
justificada por la
santificación del libre
m
ercado
,
constituye una especie de globalización sin de
m
ocracia
,
que
i
m
pone a las decisiones sociales negociadas democráticamente por los Estados modelos de
regulación socioeconó
m
ica como lo
m
ás ventajoso posible para sus intereses particulares
. E
so
significa la existencia de poderes absolutos sin ciudadanos, la burocracia privada no tiene
ciudadanos sino sólo clientes. Esto significa la existencia de un grave déficit democrático
entre los agentes de la globalización
,
las grandes e
m
presas transnacionales
,
el
F
ondo
M
one
-
tario Internacional y la
O
rganizacn
M
undial del
C
o
m
ercio
,
que están cada vez
m
ás lejos del
control de
m
ocrático de los ciudadanos y
,
sin e
m
bargo
, m
ientras tanto
,
cada vez
m
ás y
m
ás es
capaz de condicionar efectiva
m
ente la opinión pública a través del
m
onopolio de los
m
edios
de co
m
unicacn y el control de las redes de infor
m
acn
. E
ste aspecto ideológico de la globa
-
lización tiene consecuencias
m
uy dañinas co
m
o la desigualdad
. A
pesar de sus pro
m
esas de
progreso y desarrollo, el mercado global genera desigualdad económica, empobrecimiento
e injusticia social entre personas y entre países.
P
ara co
m
probar la validez de la teoría marxista debemos investigar si proporciona respues-
ta a preguntas co
m
o
: ¿Por
qué el gran creci
m
iento econó
m
ico conte
m
poráneo y el enor
m
e au
-
mento de la productividad a bajos precios generan, paradójicamente, el empobrecimiento
económico, cultural y social de extensas capas de la población mundial tanto en los países
del
norte
co
m
o en los del
sur
? ¿P
or qué la interdependencia de las corporaciones trans-
nacionales está destruyendo cada vez más empleos y creando inestabilidad laboral en todo
el
m
undo
? ¿P
or qué la globalización de los
m
ercados productivos y financieros provoca una
degradación social de las de
m
ocracias occidentales
? ¿P
or qué los
m
ecanis
m
os institucionales
de la globalización
(F
ondo
M
onetario
I
nternacional
, B
anco
M
undial y similares) siguen uti-
lizando el engaño de la
deuda externa
que e
m
pobrece cada vez
m
ás a los países pobres en
el contexto de la corrupción política y económica de las élites gobernantes de esos países?
¿P
or qué los do
m
inadores del siste
m
a ree
m
plazaron la anterior teoría keynesiana de los fallos
del mercado y el papel del Estado en el control económico por la utopía del libre mercado
que perturba cualquier política de redistribución social de las rentas? ¿Por qué se devaluó
el trabajo productivo y sus valores frente a la especulación financiera que genera riqueza
para unas pocas personas y
m
iseria extre
m
a para grandes
m
ultitudes
? ¿P
or qué la globaliza-
ción trae flujos económicos masivos, degeneración cultural, contaminación global, deses-
tabilización, agresión ecológica y daños ecológicos irreversibles, y destruye y rompe la
coexistencia social y el patrimonio común de la humanidad?
¿Acaso la teoría marxista de la lucha de clases como motor histórico no nos permite com-
prender las causas de todos estos males? Nos ayuda a interpretar esta realidad mundial y a
darnos cuenta de que es el consumo excesivo y la concentración masiva de riqueza, pro-
piedades y poder financiero de los países capitalistas del norte y de las clases media y alta
de los países subdesarrollados del sur lo que está causando la creciente empobrecimiento
del Sur mundial, provocando que la brecha de desigualdad en el mundo se duplique en los
últimos treinta años. La tendencia global juega a favor de los privilegiados del Norte y del
Sur, es decir, los grupos socioeconómicos oligárquicos propietarios de capital y los profe-
sionales tecnocráticos altamente calificados. Es obvio que estamos ante una situación típi-
ca de explotación de clase bastante similar a la que existió en etapas anteriores del de-
sarrollo capitalista; no son noticias pertenecientes a la etapa actual del capitalismo global
y del neoliberalismo. La particularidad, la novedad de esta fase consiste en que actual-
mente el modelo de economía global se está consolidando como el único e inevitable mo-
delo posible
,
junto con la ideoloa del i
m
perio, anulando cualquier resistencia contra la civi
-
lización dominante. Pretende legitimar (justificar) a través de la falta de una alternativa
posible, o sea la fuerza indiscutible de los hechos. La ideología de la globalización neo-li-
beral aparece co
m
o el triunfo del efecto del
m
ercado
,
la utopía del libre
m
ercado, el control
de la tecnología, el monopolio de la información y la comunicación, en definitiva, el
triunfo del capital sobre el
E
stado
,
y todo esto, a una escala global
. E
sto ta
m
bién significa que
la ideología de la globalización priva a la institución política de la ciudadanía de su conte-
nido e
m
ancipador
,
porque la gente
,
ahora
,
a principios del siglo
XXI
cada vez so
m
os
m
enos
ciudadanos
,
es decir
,
tene
m
os
m
enos derechos y
,
por el contrario
,
nos converti
m
os cada vez
m
ás en
clientes
frente a los proveedores privados del
m
ercado
m
undial que ahora ta
m
bién
nos proporciona servicios en educación
,
salud
,
cultura
,
pensiones
por supuesto sólo para los
privilegiados con capacidad de pago de este tipo de consu
m
o global
. A
el
m
ercado surge co-
m
o el gran regulador de las sociedades y de los seres hu
m
anos
;
su criterio de inclusión o exclu
-
sión social se centra únicamente en la capacidad de comprar, la capacidad de consumir.
C
uando nos pregunta
m
os si nuestra teoría
m
arxista sigue siendo adecuada para co
m
prender
e interpretar el
m
undo actual
,
pretende
m
os principal
m
ente deter
m
inar si ta
m
bién es útil para
transfor
m
ar esa realidad
m
undial en un sentido progresista hacia el
S
ocialis
m
o y el
C
o
m
unis
-
m
o
. E
ste artículo puede en
m
arcarse entre los
m
ateriales
,
estudios y si
m
ilares encaminados a
interpretar el
m
undo
,
conocer y co
m
prender la naturaleza del capitalis
m
o
-
i
m
perialis
m
o con-
te
m
poráneo. Pero éste y todos los textos comunistas similares seguirían siendo inútiles si,
ade
m
ás
,
no ayudan a aclarar el ca
m
ino destinado a ese orden social
m
ás justo
. D
ebe
m
os in-
vestigar si la teoría sobre la(s) clase(s) social(es) que deben y pueden desempeñar un pa-
pel dirigente y gestionar el proceso de liberación sigue siendo válida
. E
n este sentido
,
pri-
m
ero debemos señalar que ahora el marco nacional ya no es válido para desarrollar en él
estrategias políticas y econó
m
icas para lograr nuestros objetivos
. N
uestro ene
m
igo de clase,
el ene
m
igo de la hu
m
anidad, el capitalis
m
o-i
m
perialismo, está actuando ahora, como se ve,
global
m
ente, en el
m
arco
m
undial
. E
s al
,
en la arena
m
undial
,
donde tendre
m
os que luchar
.
E
n la etapa anterior
,
nuestra batalla se desarrolló en el
m
arco de la de
m
ocracia de
m
asas y la
intervención estatal
. E
n ese ca
m
po de batalla
,
nosotros
,
los co
m
unistas, obtuvi
m
os algunas
victorias y sufrimos algunas derrotas. Pero todo esto ya es historia. Hoy nos encontramos
en un ca
m
po de batalla co
m
pleta
m
ente diferente
,
el de la sociedad global cuyos rasgos carac
-
terísticos intenta
m
os describir
. D
urante las últi
m
as décadas hubo una ruptura irreversible
entre el siste
m
a socioeconó
m
ico y los individuos, es decir, una ruptura del pacto político en
-
tre el
m
ercado y la sociedad
,
entre el capital y el trabajo
,
según el cual una especie de equi-
librio entre la lógica del capitalis
m
o y la intervención estatal
. E
sta ruptura generó ta
m
bién la
ruptura de la solidaridad social y la desconfianza hacia los instru
m
entos regulatorios co
m
o el
siste
m
a político y las nor
m
as jurídicas estatales
,
que hoy carecen de criterios de legiti
m
i-
dad y aceptación social
,
por lo tanto son cada vez
m
ás ajenos a la ciudadanía
. C
o
m
o resul-
tado de la globalización neoliberal
,
actual
m
ente los estados nacionales siguen siendo inefi-
caces para enfrentar los errores de esta globalización
:
dese
m
pleo
,
inestabilidad laboral
,
in
m
i
-
gración
,
falta de solidaridad social
,
e
m
pobreci
m
iento econó
m
ico y cultural de los ciudadanos
,
déficit de
m
ocrático
,
etc
. P
or otro lado
,
la ideología de la globalización ataca directa y fuerte
-
m
ente la estructura social de las de
m
ocracias
m
odernas; la globalización resulta ser un engaño
para la de
m
ocracia
. ¿C
uánto
m
ercado puede soportar la democracia
? L
as sociedades pos-
nacionales deben desarrollar ahora, desde el punto de vista econó
m
ico y productivo, estruc
-
turas econó
m
icas y financieras supranacionales cuya esencia no es de
m
ocrática
. L
os estados
de
m
ocráticos
m
odernos durante las últi
m
as décadas han perdido capacidad de to
m
a de deci
-
siones en las esferas política y econó
m
ica
. L
a globalización neoliberal del
m
ercado i
m
pone
una especie de descentralizacn del proceso de to
m
a de decisiones
;
ahora se puede decir que
son los
m
ercados tecnológicos y financieros los que to
m
an decisiones y los gobiernos na-
cionales los que gestionan y ejecutan esas decisiones
. P
or lo tanto
,
estas decisiones polí-
ticas
,
condicionadas por los grandes centros financieros
,
carecen cada vez
m
ás de legiti-
m
idad democrática a los ojos del público.
E
s sobre la base de esta ilegiti
m
idad, y en el entorno
m
undial donde la alternancia se hace con
-
creta y evidente
,
donde tendrá que darse la resistencia y la lucha contra el siste
m
a
,
un siste
m
a
global con base i
m
perialista que apunta sólo a la apropiación de todos los recursos naturales
del planeta
. D
e hecho
,
la oposición al siste
m
a ya tiene ese carácter internacional, global. Se
trata de esos diversos
m
ovi
m
ientos sociales y co
m
unitarios cuyo rasgo característico es la opo
-
sición a las reglas del siste
m
a y a la ideología neoliberal i
m
puesta por la globalización eco
-
m
ica
. E
stos
m
ovi
m
ientos no rechazan el proceso histórico de globalización, pero discuten la
construcción ideológica y el proyecto político que hasta ahora inspiró ese proceso. Por lo
tanto
,
el objetivo es pro
m
over un tipo de globalización alternativa
,
co
m
pleta
m
ente diferente
de la que se realiza a través del
m
ercado
,
es decir
,
un tipo de globalización o
m
undializa-
ción hecha
desde abajo
”,
a partir de la diversidad y la convivencia de las diversas culturas.
N
osotros
,
los co
m
unistas
,
debe
m
os evaluar el valor y utilidad de este tipo de
m
ovi
m
ientos socia
-
les y co
m
prender que su for
m
a de organización y actividad es muy diferente a la de los par
-
tidos políticos clásicos
,
entre ellos los partidos co
m
unistas
. L
os rasgos característicos de estos
m
ovi
m
ientos son el pluralismo
,
la descentralización
,
la autogestión
,
la participación
,
el espí
-
ritu crítico
,
la de
m
ocracia de base
,
la solidaridad
... A
de
m
ás
,
estos
m
ovi
m
ientos de resis-
tencia global no constituyen ningún tipo de protagonista social ho
m
ogéneo y unificado.
D
u
-
rante muchas décadas los intelectuales de nuestra ideología comunista teorizaron e incluso
dog
m
atizaron sobre la pri
m
acía de la clase trabajadora
,
o de la clase trabajadora y el ca
m-
pesinado
. H
oy esos conceptos deberían revisarse y actualizarse
. E
n un
m
undo donde la eco
-
no
m
ía y el proceso de producción estaban ca
m
biando y desarrollándose
,
las clases sociales vin
-
culadas a esos procesos ta
m
bién estaban ca
m
biando y desarrollándose
. H
oy la clase trabaja
-
dora no es tan nu
m
erosa co
m
o hace un siglo; su capacidad y su tendencia a transfor
m
ar la so
-
ciedad ta
m
bién han ca
m
biado
. A
de
m
ás, aparecieron nuevos estratos sociales y nuevos acto
-
res políticos
. C
onsidere
m
os
,
por eje
m
plo
,
la i
m
portancia y el alcance del fe
m
eno de la
m
igra
-
ción de población
. T
a
m
bién debe
m
os aplicar el
m
étodo
m
arxista para estudiar estas realida-
des y for
m
ular sobre la base de ellas una nueva estrategia para la lucha contra el co
m
u-
nis
m
o
. É
sa es la tarea de los co
m
unistas hoy
. E
se objetivo
,
el co
m
unis
m
o
,
la sociedad sin cla
-
ses
,
continúa y es para siempre el objetivo más elevado de la humanidad. Pero todo lo
de
m
ás está ca
m
biando
:
las estrategias, los
m
étodos
,
las realidades econó
m
icas
,
los actores y
protagonistas sociales, las formas organizativas y políticas...
U
n ele
m
ento diferenciador de estos nuevos
m
ovi
m
ientos sociales
,
en relación con las organi
-
zaciones sociales tradicionales como partidos, sindicatos y otros, es que si bien aspiran a
una legalización pública e institucional, de ninguna manera pretenden convertirse en orga-
nizaciones burocratizadas y profesionalizadas dentro de las estructuras políticas tradiciona
-
les
. N
o pretenden conquistar el poder político ni tienen un proyecto general de transfor-
m
ación revolucionaria sino sólo llevar a cabo algún tipo de actividad política destinada a in
-
fluir y tener un efecto en las políticas y proyectos de los gobiernos
. E
s obvio que en ese con
-
texto los comunistas siguen siendo necesarios, además de todos los demás actores sociales
de hoy
. F
inal
m
ente
,
en ninguna parte está escrito que estas nuevas tendencias de los
m
ovi-
m
ientos que se oponen al siste
m
a llevan en
m
is
m
as una garantía y una pro
m
esa de vic-
toria y éxito sobre el i
m
perialis
m
o
. T
a
m
bién pueden co
m
eter errores en los nuevos ca
m
inos y
nuevas estrategias
. U
n ca
m
ino equivocado
,
que
m
uchos antii
m
perialistas en el mundo están
siguiendo actual
m
ente
,
es el nacionalis
m
o y el funda
m
entalis
m
o de tipo religioso
(
a
m
enudo
aco
m
pañado de terroris
m
o
)
en el
m
arco del conflicto entre civilizaciones
. L
a liberación de la
hu
m
anidad no llega por ese ca
m
ino
. P
or eso
,
y para arrojar luz sobre una estrategia
m
ás racio
-
nal y relevante contra el i
m
perialis
m
o capitalista
,
los co
m
unistas siguen siendo necesarios.
Faustino Castaño Vallina